domingo, 4 de enero de 2009

La Crueldad

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Hola amiguitos.
Me he tomado un tiempo prudencial entre el UCDC anterior y este.
Tuve dos motivos:

  • En mi trabajo, despues de setiembre, viene “jodiembre” y dura 90 días. Son actividades con un “importante grado de compromiso” que suelen terminar despues de navidad. Estuve verdaderamente muy ocupado.

  • Me estuve replanteando la frecuencia para evitar convertirme en uno de esos huéspedes que aparecen en el mail con “solicitudes”, sugerencias y “enseñanzas”.
    De cualquier modo, si así fuera, disponen Uds. de la formidable herramienta que representa el derecho que les asiste para su eliminación lisa y llana sin siquiera enterarse de su contenido.

El comienzo de un nuevo año suele estar acompañado de proyectos, determinaciones y objetivos que muchas veces no estamos dispuestos a cumplir y que los expresamos por el simple hecho de un cambio relativamente importante en el calendario: Hay un año que terminó y uno “nuevo” que recién comienza.
Los pensamientos suelen estar orientados a cosas que quisieramos lograr y, algunos, hasta nos atrevemos a esperar que la humanidad dé un paso adelante y comiencen a terminar las injusticias entre otras cosas.
Generalmente nos equivocamos y la crueldad ajena invade nuestros sentidos.
La primera definición de la Real Academia de la Lengua española sobre la crueldad dice, simplemente: “Inhumanidad, fiereza de ánimo, impiedad
¿Acaso será necesario una definición mas compleja?
Algunas Asociaciones Psiquiátricas la consideran un serio disturbio sicológico y la enfocan desde el punto de vista rigurosamente técnico.
Ahora bien; que una persona, tomada individualmente, comenta un acto de crueldad, si bien deleznable, puede considerarse como un hecho aislado.
Entiendo que el problema alcanza magnitudes incalculables cuando esa crueldad se comete como una demostración de poder o por un grupo de personas en perjuicio de otras a las que, no solo no conoce, sino que ni siquiera las vé.
En el pasado relativamente cercano, los combatientes estaban frente a sus enemigos. Los veían, se acercaban a ellos, sentían el olor de su miedo que se mezclaba con el del miedo propio; blandían la espada y, eventualmente sentían el dolor de su propia herida o escuchaban el grito de dolor de su contrincante y hasta eran salpicados por su sangre.
Hoy un tecnócrata emite una orden que es trasmitida escalonadamente hasta alcanzar al ejecutor. Este recibe las coordenadas, las ingresa en el procesador de su aeronave, verifica su radar y los dispositivos de puntería y oprime un botón o dispara un gatillo a kilómetros de su objetivo. Segundos despues el misil recientemente disparado derrama su implacable carga de muerte y destrucción. El ejecutor ya viró para evitar estar al alcance de represalias.
¿Quién es el responsable de esta trágica sucesión de hechos? ¿El que diseñó el misil?¿El que lo construyó?¿El que medró con su venta?¿El que lo compró?¿El que dio la orden?¿El que la ejecutó? Si el objetivo era sólo material se dice que se trata de una “operación limpia” pero convengamos que a nadie se le escapa un gemido ante los posibles “daños colaterales”. Peor aún: habitualemente no se trata solo de objetivos materiales.
Quiero significar que la crueldad ha alcanzado grados de sofisticación de tal naturaleza que los involucrados no sienten el hecho como propio. Se trata, simplemente, de su profesión.
Las historias conocidas, nos han dado ejemplo de personajes inmensamente crueles. Mas allá de su inhumano “disturbio sicológico”, eran testigos responsables de sus actos.
Uno de los ejemplos que mas me ha impactado, fue la ominosa ejecución de Túpac Amaru producida en mayo de 1781.
Otro personaje capaz de acciones de crueldad inenarrable fue Vlad Tepes, príncipe de Valaquia que vivió durante el siglo XV y que fue en el que dicen se basó Abraham (Bram) Stoker (n.08Nov1847-f.20Abr1912) cuando desarrolló su famoso “Conde Drácula”.


Es hora de dejarlos descansar por unos días
En una cercana oportunidad volveré sobre aquella ejecución y este personaje.
Agradezco profundamente a quienes hayan llegado a este punto.
Besos y abrazos.