martes, 30 de junio de 2009

UCDC 027 - La Capilla Sixtina y sus Desnudos

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Hola amiguitos
Conversaba con unos compañeritos acerca de la belleza.
Rapidamente vinieron a mi memoria los frescos de la Capilla Sixtina.
El Viernes Santo de 1995 Marilú y yo tuvimos la oportunidad de visitarla.
Miles y miles de turistas decidieron exactamente lo mismo que nosotros ese mismo día y la incalculable cantidad de personas que acudieron a ver los mismos frescos, trajeron a mi memoria las mismas tumultuosas salidas de la cancha despues de un clásico.
De cualquier modo, nada podía evitar el majestuoso goce de esas maravillosas obras de arte.
Mientras los guardias repetían casi como un ruego “no flash” (pidiendo no se sacaran fotografías con flash), las “salvajes hordas invasoras” disparaban sus cámaras liberando los relápangos electrónicos que se sucedían casi a cada segundo.
Pero el objetivo no es hablar de lo que todos conocemos. Ni la belleza, ni los frescos ni la decoración; Ni Boticcelli, ni Ghirladaio, ni Rafael. Sólo, tangencialmente, Miguel Angel.
Ahora bien: en el original de El Juicio Final, de este último florentinísimo artista, gran parte de los personajes estaban desnudos.
¿Se entendió bien? DÉS NÚ DÓS
Sin embargo, si observamos fotografías de este fresco, uno de los mas grandes jamás pintado, vemos que todos los personajes están cubiertos.
La pintura, terminada en 1541 provocó escandalosas reacciones porque resultaba “vergonzoso” que se encontraran representadas tantas figuras desnudas.
Unos años despues el Sumo Pontífice era Julio III, un Papa verdaderamente tolerante al que no le preocupaban los desnudos.
Fallecido Julio III, el Cardenal Caraffa, quién mas adelante asumiría la Tiara Papal como Pío IV, acusó a Michelangelo de inmoralidad e intolerable obsenidad. Lo consideró un hereje e intentó destruir el fresco.
Aliado con Monseñor Sernini, Embajador de Mantua, y Biagio da Cesena, Maestro de Ceremonias del Papa, organizó una campaña de censura que incluyó palabras que Miguel Angel consideró agraviantes para su persona.
Miguelito era una persona de pocas pulgas pero tenía un fino sentido del humor y reaccionó artísticamente dando la semblanza de Cesena a Minos, juez de los Infiernos, en la escena situada abajo, a la extrema derecha de la obra.
En ella aparece Cesena con una gran nariz, larga melena y orejas de asno. Cubre su desnudez con una serpiente que emerge de los fuegos eternos en el infierno.
Hay una leyenda no documentada que dice que Cesena se quejó al Papa que en ese momento era ahora Pablo III.
Este le habría respondido que su poder llegaba solo hasta el purgatorio por lo que, el infierno en este caso, estaba fuera de su “jurisdicción”.
De cualquier modo, años mas tarde, se decidió “enmendar” el fresco colocando “paños de pureza” a sus personajes.
Esta tarea le fue encomendada a Daniele da Volterra, un ex discípulo de Miguel Angel el que, como consecuencia de este trabajo, se hizo acreedor al seudónimo de “Il Braghetone” que significa algo así como “El Pantalonero”.
Había nacido en Volterra en 1509 con el nombre de Danielle Ricciarelli; fue un pintor manierista y escultor. Tuvo importantes encargos en tanto la mayoría de sus últimos trabajos en Roma fueron sobre diseños de Miguel Angel.
Falleció en Roma en 1566 un par de años despues de comenzados los trabajos de restauración expresados.
Hasta acá hemos llegado por lo que es momento de agradecer nuevamente la deferencia que conmigo tienen cuando alcanzan este punto.
Saludos, besos y abrazos

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