sábado, 29 de agosto de 2009

UCDC 31 - La Glotonería - Un Pecado Capital

Ir al índice
Hola Amiguitos
Hace unas semanas, en un reunión con ex-compañeros de trabajo, recordábamos una muy provista cena en 1984 a la que mas de uno se atrevió a calificar de “pantagruélica”.
Convengamos que en 1984, muchos de Uds (no todos), estaban transitando apenas la escuela primaria y es posible también que pocas hayan sido las veces que escucharon ese adjetivo que refiere a una comida servida en exceso.
Pero, volvamos para preguntarnos: ¿Cuál es el origen de esta palabra?
Bueno, don Pantagruel era un gigante muy grande y glotón, hijo de Gargantúa, otro simpático gigante que a su vez tenía como padres, a Gradgousier y Gargamelle que, muy normales no eran pero, al menos, no eran gigantes.
Explica Rabelais, el autor de los textos que refieren a estos personajes, que padre e hijo se caracterizaban por estar implacablemente adscriptos a, por lo menos dos, de los pecados capitales: la Glotonería y la Lujuria.
Solían reunirse con sus amigos y favorecedores para dar cuenta de ingentes cantidades de manjares humedecidos por hectolitros de vino.
Los antecedentes del mayorcito de ellos eran francamente aterrorizantes.
Su madre, la nombrada Gargamelle, no tuvo mejor idea que atragantarse de callos la noche inmediata anterior a su inminente parto.
Esta situación, agregada a los buenos oficios de la matrona que “viniera de Brisepaille, cerca de Saint-Genou” produjeron una situación explosiva que marcó la vida del recién nacido. La matrona en cuestion, suministró a la parturienta “un astringente tan tremebundo que las membranas de la vagina se contrajeron hasta el punto de que dificilmente habríais podido separarlas con los dientes...,”
Bueno, no hace falta agregar demasiadas palabras; el bebé tuvo serias dificultades para ver la luz por los caminos habituales por lo que deambuló por el cuerpo de su madre hasta que terminó saliendo por la oreja izquierda de la misma.
Pero esto no fue todo. Copio textual del autor: “En cuanto hubo nacido, no exclamó como los otros niños: ‘Migas, migas!’ sino que grito con fuerza: ‘¡A beber, a beber!’, como invitando a todo el mundo. Y tales fueron sus gritos, que se le oyó en todo el país de Beusse y de Bibarais.Dudo que deis credito a tan extraño parto. Y si, en efecto, no lo creéis, no me importa. Mas un hombre de bien, un hombre sensato, debe creer siempre lo que le dicen y lo que ve escrito.”
Se imaginan… si este era nada mas que el padre, como habrá sido el hijo.
Sus banquetes eran una novedad constante. En los recónditos rincones de su imaginación encontraban siempre aquello que los hacía únicos.
El autor, François Rabelais, fue un médico, escritor y humanista nacido en 1494 y fallecido en 1553.
Supo escribir con el seudónimo de Alcofribas Nasier, un anagrama de su propio nombre.
Tenía una fuerte formación teológica que le sirvió para construir muy cuidadosamente sus libros en los que sus personajes no eran crueles ogros sino humorísticos individuos con tamaños y apetitos enormes.
De este siempre insaciable apetito de Pantagruel, deriva el calificativo a que hicimos referencia desde el principio.
Por ahora nos hemos referido unicamente al pecado capital de la glotonería de estos dos cachafaces. En algún momento veremos si podemos tratar el aspecto lujurioso de los mismos.
¡Caramba! ¿Ya estamos en la segunda página?
Me apresuro a dejarlos entonces, reiterando mi profundo agradecimiento a quienes se encuentren en este punto del texto.
Besos y abrazos
¡Ah! La ilustración de Pantagruel fue realizada por Paul Gustave Doré nacido en Estrasburgo el 6 de enero de 1832 . Falleció el París el 23 de enero de 1883. Los libros de Rabelais del siglo XIX lo tuvieron como ilustrador pero también lo tuvieron obras de Shakespeare, La Caperucita Roja, La Divina Comedia, El Quijote de la Mancha y muchos otros
Ir al índice

No hay comentarios: