jueves, 24 de julio de 2008

UCDC - 009 - Jun 15, 2008 - Molotov - Onanismo

Hola amiguitos
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Antes que todo, y siendo que en Argentina se festeja el Día del Padre, les hago llegar un abrazo a todos los padres con los que compartimos estas lineas.

Continuando, les comento que voy a elegir mas cuidadosamente los temas de modo de acortar el tamaño de estos mail del “Cacho de Cultura” a efectos de que todos tengan el tiempo necesario y puedan darme la satisfacción de leerlos. Prometo tratar (nada debería prometer) de evitar explayarme demasiado en lo superfluo. Este es mi primer intento.

Hace unas semanas me visitó el Vasco, uno de mis grandes amigos de Buenos Aires. Tuvimos oportunidad de pasear por la ciudad de Rosario y pude mostrarle, entre otras cosas, las puertas del Palacio Fuentes el que, para los que conocen y/o viven en Rosario, está ubicado en la esquina de las calles Sarmiento y Santa Fe.
Se trata de una puerta que contiene una importante cantidad de esculturas y bajorrelieves y que, salvando las distancias, trae a mi memoria las puertas del Baptisterío en Florencia, frente a la Iglesia Santa María del Fiore (la del altísimo campanario y majestuosa cúpula).
Hubo una época que la puerta de la esquina del Palacio Fuentes fue también puerta de ingreso de la sucursal del Banco City y en esa condición me tocó ser testigo de un ataque con bombas incendiarias a mediados de la década del sesenta.
Esa bomba incendiaria era una de las comunmente llamadas Bomba o Cóctel Molotov.
¿Cuál es el origen de este nombre?
En diciembre de 1939, tres meses despues de la invasión a Alemana a Polonia (lo que dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial), las tropas soviéticas aprovecharon el desorden imperante en Europa e invadieron Finlandia dando lugar a la denominada Guerra de Invierno. Fue en esa guerra que las tropas defensoras usaron por primera vez un uniforme blanco que facilitaba la mimetización de los combatientes en el helado paisaje nevado finés.
El entonces Comisario del Pueblo para los Asuntos Exteriores (Canciller) soviético, don Viacheslav Mólotov, se dirigía a la población diciendo que los tanques soviéticos no estaban bombardeando sino repartiendo comida. El ejército finlandés replicaba que si los soviéticos ponían la comida, les tocaba a ellos poner los “cócteles”.
En actitudes de un arrojo y un coraje superlativo, los soldados de la resistencia trepaban a un tanque, abrían la escotilla y arrojaban una botella de vidrio conteniendo gasolina a la que previamente, habían agregado una mecha encendida. Si podían, huían. El tanque solía explotar en llamas.
El tiempo hizo que la mentada bomba incendiaria cambiara de tecnología y de envase. En las revueltas estudiantiles de aquella década del sesenta que antes comenté, el envase utilizado era el de la pequeña botella de la gaseosa cola tan popular. Se la llenaba con una mezcla de ácido sulfúrico puro y nafta (nuestra gasolina); en las paredes de vidrio se lacraba clorato de postasio (que se conseguía en cualquier farmacia). La botella en estas condiciones era introducida en los profundos bolsillos de los gabanes que solían utilizar los jóvenes por esa época. Cuando se disponía su uso, se arrojaba violentamente la botella contra el objeto de la misma. Al romperse el envase el ácido sulfúrico actuaba sobre el clorato de potasio generando una cantidad tal de calor que alcanzaba para encender el combustible.
Dicen que esa y no otra fue la causa del reemplazo del recipiente de la popular bebida por uno mas alto (que asomaría su cabeza por encima del bolsillo).
Recién hace unos pocos años volvió a comercializarse el tamaño mas pequeño.

Abramos ahora una puerta a palabras quizás menos finas
Hace unos días estaba leyendo unas antiguas cuartillas y recordé una que se solía recitar en las épocas de mi niñez y adolescencia.

Un mono, enamorado de sí mismo
Dedicose con fervor al onanismo
Tantas veces lo hizo el gran tunante
Que murió de una tisis galopante

Mas allá del prejuicio de épocas pretéritas en las que se le otorgaba enfermizos efectos (la “tisis galopante” en este caso) es interesante conocer el origen de la palabra onanismo
Onán fue un personaje muy secundario del antiguo testamento. Dice el Génesis que al fallecer su hermano mayor y acorde a la ley, debía casarse con su cuñada Tamar y tener descendencia en nombre de ese difunto hermano. Parece que Onán no estaba muy convencido de dar descendencia a su hermano por lo que, cada vez que tenía una unión sexual con su esposa-cuñada “derramaba en la tierra”. Se trata de una eminente cuestión económica porque se interpreta que un presunto hijo de su hermano mayor heredaría los derechos de la primogenitura de aquel dejándolo a él, Onán, en segundo plano. Como respuesta a este acto de codicia, Dios condenó a muerte a Onán.
En realidad la actitud de Onán se confunde entre masturbación y coitus interruptus ya que en ambos casos se ha interpretado historicamente que el principal pecado no es otro que el derramamiento o desperdicio de semen.

Bueno, hemos llegado a un rápido final esta vez pero no quiero terminar sin antes dejarles al menos la última estrofa del Romance Sonánbulo de Federico Garcia Lorca


Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
(para leer la poesía completa hacer click aquí)

Besos y abrazos
Mario R. Aicardi

Como siempre las fuentes son en este caso mis recuerdos, el nunca bién ponderado google y la wikipedia

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